CÓMO CULTIVAR Y CUIDAR LA PLANTA DE ALOE El aloe, comúnmente cultivado como planta de interior, es conocido por sus hojas, que contienen un gel calmante que se usa para tratar las quemaduras solares y otras irritaciones de la piel. CARACTERÍSTICAS DE LA PLANTA DE ALOE El aloe vera es una planta suculenta tropical con hojas lanceoladas suculentas con bordes dentados que crecen a partir de una roseta basal. Bajo las condiciones de crecimiento adecuadas, aparecen flores afiladas con tonalidades amarillas, rojas o naranjas en los extremos de los tallos. Las plantas jóvenes generalmente no florecen, y el aloe de las plantas de interior puede tardar años en desarrollar tallos de flores. Alcanza su tamaño maduro en 3-4 años y produce crías que se pueden trasplantar o regalar. CONDICIONES DE CRECIMIENTO DE LA PLANTA DE ALOE TEMPERATURA El aloe crece naturalmente en ambientes secos, tropicales y semitropicales, por lo que imitar estas condiciones le permite prosperar. Apunte a temperaturas entre 55 y 85 F. El aloe no es resistente al frío, pero algunas variedades alpinas pueden tolerar temperaturas cercanas al punto de congelación ocasionales. LUZ Aloe Vera necesita luz natural brillante para prosperar la luz Busque afuera hasta seis horas de sol perfecto y un breve descanso en la sombra por la tarde. El aloe cultivado en interiores debe colocarse en una ventana con luz solar directa e indirecta. El sol directo puede quemar su delicada piel, pero la falta de luz ensancha la planta y debilita las hojas, provocando que se marchiten. SUELO En su hábitat natural, el Aloe Vera crece generalmente en suelos deficientes en nutrientes, en pendientes arenosas donde el drenaje está asegurado. Asegure un drenaje adecuado en la maceta usando tierra para macetas de cactus o tierra tradicional mezclada con perlita y arena gruesa. El aloe prefiere suelos ligeramente ácidos, rondando los 6,0, pero es muy adaptable y puede crecer en suelos neutros o alcalinos. APLICACIÓN La mejor manera de propagar el aloe es trasplantar plántulas (cachorros) que se desarrollan en las raíces de la planta. Las plantas adultas a menudo producen muchas crías, por lo que puedes moverlas fácilmente a otras macetas o partes del jardín o dárselas a tus amigos. CUIDADO DE LAS PLANTAS DE ALOE AGUA Los aloes se riegan preferiblemente con regularidad, hasta que la tierra se seque completamente entre riego y riego. Si el suelo permanece seco durante mucho tiempo, las hojas se encogerán y se arrugarán ligeramente. La planta se recupera con el riego, pero los períodos prolongados de estrés, ya sea sequía prolongada o exceso de riego, harán que las hojas se vuelvan amarillas y mueran. No riegue las plantas al aire libre durante la lluvia. FERTILIZANTE El aloe vera crece mejor en suelos pobres y no necesita fertilización. Sin embargo, alimentar aloe en maceta una vez al año cada primavera puede ayudar a mantener un crecimiento vigoroso. Un fertilizante líquido para plantas de interior 10-40-10 diluido a la mitad es mejor para la alimentación anual. En el exterior, el aloe suele florecer sin fertilización. PODA El Aloe Vera necesita poda sólo cuando las hojas están secas y muertas. También puedes podar aquellas que hayan sido dañadas por factores ambientales. Si las hojas exteriores de la planta de aloe vera se vuelven marrones en las puntas, córtelas también. Podar las hojas desde la base, vivas o muertas, fomenta un nuevo crecimiento y hace que la planta sea estéticamente agradable. Nunca cortes una hoja de aloe por la mitad. PLAGAS Y ENFERMEDADES El suelo constantemente húmedo promueve la pudrición de la raíz y las hojas blandas. La pudrición de la raíz puede fomentar el crecimiento de bacterias u hongos. Las hojas de aloe también saben doblarse y romperse. Esta condición es una señal de que su planta no recibe suficiente luz para formar hojas rígidas y saludables. Para solucionar esta situación, traslade la planta a un lugar más soleado. La planta también puede ser víctima de la cochinilla harinosa, aaloeletus y aaloeletus. El mildiú polvoroso se acumula en las raíces de las plantas, donde secretan una sustancia pegajosa que crea un entorno propicio para que se mueva el moho. Las escamas rara vez matan a la planta, pero crean vetas grises antiestéticas en las hojas. Las bajas temperaturas y la alta humedad pueden causar un brote de roya del aloe, una enfermedad fúngica que aparece como manchas amarillas en las hojas que eventualmente se expanden y se vuelven marrones. Esta enfermedad se resuelve por sí sola y generalmente no requiere tratamiento. La podredumbre bacteriana también puede moverse y es una enfermedad fatal. No tiene cura, pero la prevención comienza con no regar en exceso.